Dentro
de la Iglesia lo más destacable es el retablo gótico, una verdadera obra de
arte pintada en Oña para estar originalmente en el Monasterio de San Salvador,
pero trasladada a Espinosa de los Monteros, a mediados del S. XVIII. Además
tiene la iglesia un pequeño museo eclesiástico con diferentes piezas de las
distintas parroquias pertenecientes a Espinosa.
También
tiene la iglesia una curiosa pila bautismal cuadrada de la que ya hablaremos en
otro momento. En el suelo, frente al altar hay cuatro losas funerarias de las
diferentes familias del Barrio de Quintanilla, donde está ubicada la Iglesia.
Entre ellos podemos ver a los Porras, los Velasco y los Zorrilla de San Martín (Este último escudo está un tanto estropeado y no se ven bien los símbolos).
Por
estos escudos podemos ver que en Espinosa no había una familia dominante, como
han pretendido algunos pseudo-amigos de la historia, de un poco más al sur,
sino que gracias a la nobleza de los Monteros hubo muchas familias importantes
que se repartían el poder dentro de la Villa.